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Tapitas plasticas

Con la captación de tapas plásticas se atienden dos necesidades, una de ellas es el generar un fondo para la adquisición de pelucas oncológicas, y la otra es fortalecer el tema de reciclaje, y a su vez coadyuvar en el tema de los microplásticos, buena parte del plástico que va a parar al medio ambiente lo hace a los mares y océanos. El agua, el sol, el viento y los microorganismos van degradando el plástico vertido al océano hasta convertirlo en diminutas partículas de menos de 0,5 centímetros de largo conocidas como microplásticos. Estas partículas son ingeridas por el plancton, los bivalvos, los peces y hasta las ballenas, quienes las confunden con comida. Según investigadores de la Universidad John Hopkins (EE. UU.), cualquier europeo que consuma marisco de forma habitual ingiere aproximadamente 11.000 microplásticos al año. Pero esto no es todo: a finales de 2018, un estudio de Greenpeace y la Universidad Nacional de Incheon (Corea del Sur) también concluyó que el 90% de las marcas de sal muestreadas a nivel mundial contenían microplásticos. Y además se sabe que el agua del grifo es otra de las fuentes por la que los humanos ingerimos pequeñas partículas de plástico. Hasta el momento no se han encontrado evidencias que determinen que los microplásticos representen un riesgo para la salud de los seres humanos. Especialmente en el caso de las partículas grandes, como las halladas en el estudio. En cambio, las partículas pequeñas entrañan más riesgo ya que pueden colarse en el torrente sanguíneo, el sistema linfático y alcanzar el hígado.

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